Prana Blog
Un blog de José Manuel Martínez Sánchez
Mente no nacida Llegas al silencio, enmudeces, el canto callado de la meditación se aproxima al eterno gozo del Nibbana. En ríos serenos y limpios te embargas con la conciencia naciente y bondadosa, desapegada. En ríos puros y sosegados tu mente se acuesta y descansa, con la atención permanente, con el báculo vigilante del fluir calmo. Te entregas al canto callado del No-Yo, la conciencia libre, vaciada.
Te entregas al sagrado Om, la sílaba del corazón del Buda. Te entregas a otra voz que rige tu conciencia, la voz templada, serena. Te entregas a ti mismo olvidando quién eres, naciendo en la respiración, naciendo en los silencios del Dhamma. Conoces el Noble Sendero, brilla en tu corazón. Conoces el santo palpitar de la verdad en ti mismo. Conoces el santo palpitar de la alegría en ti mismo. Conoces el santo palpitar del Nibbana en ti mismo. Gozas, caminas, eres... no siendo, no caminando, solamente petrificado en el estar, imbuido en lo inmóvil, atravesado por la Conciencia Serena, por la senda desvelada del sagrado silencio de tu mente no nacida, innata, original, tocada por la compasión y el amor, tocada por la Verdad. Amanecer La voz interior cubre tu conciencia, eres semilla de luz, espacio libre de vida, eres el comienzo, la flor perpetua del amor incondicional, el eco gozoso que renace en la respiración del instante. Abierto al suave existir, iluminado, caminas con pasos entregados al silencio de la contemplación resplandeciente. Eres el enigma del sueño que se esparce, la blanca esperanza de lo divino, el corazón amante de lo único, de lo inexplorado, de lo viviente. Eres la estancia infinita de tu íntimo y dorado amanecer. Amor infinito Espero oír tu voz el resto de mi vida, quizá sea pedirte mucho -que me acompañes hasta el final y exploremos juntos la luz del mundo- pero es todo cuanto busco. Espero que me acompañes antes y después del mundo, cuando ya no quede nada aquí y el destierro sea inevitable. Espero sentir siempre tu presencia, en los océanos o en el desierto, en el corazón o en la quietud de la tristeza, allá donde puedas recogerme con tus abrazos de esperanza. En cualquier región de mi destino espero sentir la llamada de tu amor infinito. Ser, sin más, en ti, en tu luz, vida encontrada, búsqueda amanecida. El sol del bodhisattva El viento nace profundo desde el silencio del horizonte, camina tu corazón los pasos de la vida y de la muerte en un mismo segundo, en una misma eternidad, en un solo latir fugaz e inconquistable. Tu corazón es ese viento que palpita y lo hace surgir todo desde la nada. Caminas lejos de las sombras, como un soldado que no teme al mañana ni al frío cautiverio de ser el dueño de lo efímero. Vives sin prisa en una guerra que no temes, porque la materia del temor no te reconoce y aplacas la ira de los injustos regalando tu silencio. Lo das todo a cambio de nada y por eso te has ganado a ti mismo. Eres el Buda de la entrega, del amor que no desespera recompensas. Tu entrega es tu regalo, y tu corazón un tesoro que todos buscan afuera. Tú vives dentro, y como la luz, te proyectas de inmediato en lo oscuro, otorgando claridad y destellos de pureza. Los otros miran el sol directamente, cegándose, irremediables. Tú no miras nada, sólo buscas tu alma en el viento, el viento en el viento, y siempre el sol aparece detrás tuyo, dirigiéndose a donde tu mirada le lleve, buscando su luz en ti. Tú eres la luz ¿Quién desea adorar la luz de una vela cuando puede tener el sol? Jiddu Krishnamurti Tú eres la Luz, no busques afuera la vela que te guíe. Mira en tu interior, atrévete a descubrirla, a sentir su calor purificante. Porque está ahí, siempre contigo, porque tú eres esa Luz que despeja toda oscuridad, superando la ilusión de la ignorancia, el velo del tumulto y la confusión, avistando con claridad el conocimiento liberador de la Verdad. Reencuéntrate con tu silencio natural, donde el ser recita su lenguaje callado de pacífica y amorosa armonía. Vibra con el silencio sonoro, renace en esta energía de nueva vida a cada instante. Crea, construye, elige no elegir, elige hacer completamente lo que Es. Nada puede faltar. Ya todo es. La vida eres tú, tu movimiento es la expresión de esa Luz, tu quietud es la expresión de esa Luz. Tu acto espontáneo es la auténtica elección. Tú eres el Ser. Tú eres lo que ya no podrá nunca dejar de ser: la Luz de la vida, el origen mismo de la existencia, el principio genuino de la Verdad y el Amor. Escúchalo, muévete, conecta con el ritmo de la creación, conecta contigo, con tu interior. Con el sol de tu eterno amanecer. Oración de gratitud (Dedicado a Babaji) En el aire que respiro veo la luz silenciosa y el sonido certero del amor Tuyo En Ti, mi Dios, descanso con gratitud y sosegado, lleno de dulces melodías interiores que bañan mi conciencia de quietud pura y confortable Por Ti, mi Señor, hay verdad en la entrega, paraíso en la renuncia, visión en la noche oscura y destellos de gozo calmos y constantes Tan real como la luz del sol es el amor cálido y fiel en que me arropas cuando entrego mi esperanza y todo cuanto soy al bondadoso fulgor de Tu Sagrado Nombre Sea así, siempre, mi Señor, el amor que siento por Ti una llamada hacia las puertas de Tu misterio. Porque oigo Tu voz y Tu gracia en cada latido que en Ti respiro y en cada segundo de alegría en que contigo amanezco. Sea así, por siempre, mi Señor, Tu voz y mi palabra dichosamente encontradas. Eterno romance Respiro el amor que crece en tu silencio, flor eterna de luz cuyo aroma me recorre. Respiro este instante absorto de quietud dichosa. De pronto aparezco entre universos silenciosos, desaparezco, y todo nace del fulgor como astros milagrosos: confines de paz que trascienden los ojos que la buscan, hallando frente a ellos el encuentro invisible, sin forma y sin tiempo, de lo unánime. Mi alma es el aroma del ser que siempre fue. Ahora lo sé. Siempre lo supe. Siempre fue eterno este romance. Romance sagrado del ser fundiéndose consigo mismo en medio de esta luz cálida e infinita que suavemente alumbra la noche. Amor sin tiempo Hoy dejamos descansar en el amor la memoria del tiempo, fuimos libres como estrellas infinitas, iluminadas por el clamor de la luna, enamorada y bella. Fuimos instante sin tiempo completo de inocencia, perfecto de voz serena cantando melodías de pureza. El blanco cisne de tu alma mora en el corazón de las noches cálidas, dulces aires recogen las alas de tus silencios, ángel de vida profunda. Eres la serena medianoche y los atardeceres misteriosos, el leve perfume enamorando al aire, la blancura perfecta de los astros. Eres el amor sin tiempo, el amor que siempre estuvo, el amor que estremece de ser cierto y no termina de iluminar el universo. El cielo y el sol deslumbran tus senderos de noche cierta y de corazón abierto. Te amo, noche secreta en que aparezco junto a ti, mirada eterna en que crezco al sentirte nacer a cada instante sin tiempo. Krishna Soy el ser que siempre ha sido, la luz del mundo, el silencio creador... Soy el cielo amplio, sin fin, que todo lo contiene, la gota y el océano, la voz y todos los cantos... El origen, el destello de los comienzos, los astros infinitos poblando el silencio, los espacios y los mundos del espíritu... Soy el no-fin de los instantes, el principio incesante, la potencia de los cuerpos amantes, de los cuerpos nacientes, de los cuerpos completos... Incapaz de contenerme me expando hacia la nada y regreso al todo. Nada me limita, el amor crece y vuela y sueña amaneceres, abrazos incontenibles, besos profundos, encuentros serenos... He nacido en algún punto de lo eterno, sin antes ni después, en medio de lo absoluto, como semilla de universos inexplorados. Soy hijo del amor sagrado, de la luz compasiva que amanece las formas, del sonido celeste que puebla de cantos bellísimos lo callado y lo posible. Me expando como la rosa hacia la pureza, me expando como los amantes hacia el abrazo, me expando sin límites como los cielos hacia el milagro de la noche. Y duermo, y despierto, y soy creador y silencio, sueño y realidad, todo y nada. Soy Krishna, la luz del amor consciente. Y vivo, y me amo, y te amo... eternamente. Amor sagrado (Tantra yoga) Te entrego un silencio en el instante mágico una mirada que hable torrentes de amor un océano en mi beso para bañar tu boca y estremecer tu alma Te entrego un corazón sereno que acaricie el tuyo y te ame con latidos infinitos En la caricia y en el aroma el amor se dilata, crece y se alarga entre instantes eternos penetrando a lo sagrado Mi cuerpo se funde con el tuyo creando un solo cuerpo jugando más allá del tiempo y de la mente mirando a lo divino en la verdad del ser entregado El olor de los bosques, de la piel, del viento y del incienso, de los ríos desbordantes... todo es melodía de amantes, de eternidades... Y nuestros cuerpos se rozan, se acarician en la meditación del tacto y del aroma, en el tantra del corazón profundo que sabe que dos cuerpos mortales, cuando se aman y vuelan, son avatares y dioses Un instante Caminando en el ahora amaneces, en un esplendor sin tiempo. Un instante de amor brilla en la totalidad de los instantes. Sopla el viento... el corazón recoge un suspiro eterno. Crepúsculo El corazón contempla paisajes del alma, nubes serenas, canciones del viento. Llega el crepúsculo... cerrando la luz sus párpados, acariciando la noche al sol, en su cita amante con la luna. Parpadean estrellas lejanas, misterios de luz, astros de amor que resuenan... allá en lo hondo de nosotros. Siendo En paz, sin otro lugar al que ir más que a mí mismo, donde lo absoluto reposa y es, donde todo vive amando como conciencia y paz, como armonía y belleza... Y ahí el silencio todo lo abraza y se escucha la voz del misterio, del amor, de la vida, de la luz y la verdad sincera que deja vacío el espacio a lo infinito. Al todo y a uno mismo... en todo. Renacimiento En la luz del mundo he visto tus claros ojos y me he bañado en su verdad. Ojos que a esta realidad envuelven regalando su inmenso latir. Vida, que de naciente frescura nos lleva milagros entre flores, abrazos del viento. Todo es signo y mensaje en esta tranquila noche donde la luz usada renace con el día. Signo del tiempo encendido, del clamor de un silencio que habla la verdad con su misterio. Vida, verdad, renacimiento. El pequeño Buda Suena la música de las estrellas en el valle de la luz. El viento susurra leves caricias en su rostro. Los cielos cobijan al hijo del sol. Su espíritu nunca muere, como el del valle. A menudo juega y revolotea como un pájaro, sin otra meta que su vuelo inocente. (Después del juego duerme plácidamente bajo un manto cálido de eternidad). Juega, sueña, florece, canta... Suena la música de las estrellas en el valle de la luz. Conciencia es mi nombre La noche me despierta, tu voz me ha llamado, voz de un sueño aún más profundo que respiro y sobrevuelo. Es tu noche el silencio, el despertar a lo despierto. Es tu voz la llamada, el claro decir de las cosas sin nombre. Despierto, sueño, soy eterno. Digo con tu voz las voces sin nombre. Digo con tu noche las luces que duermen. Tu voz, mi voz, pero ¿quién responde? Tu noche, mi noche, pero ¿quién duerme? Claros pasos que se encuentran con el ser que se esconde. ¿Pero dónde? En la noche, muy profundo, donde tu voz es mi nombre. Y así me he llamado, yo soy el hallazgo que nunca duerme. Conciencia es mi nombre sin nombre. Siempre Tú Sucedió que la luz estaba en el mundo los ojos de alguien se encendieron y vio creado el cielo y los mares la espuma sobre las piedras y la sombra bajo la noche desplegada Sucedió que era aliento lo que hablaba latido el paso de sus sueños esencia la raíz envuelta de sus giros Cambiaba la voz al ser deseo vigía de sus satélites cercados agua de sus senderos embebida Toda la noche fue redimida al verte ser luz de tus tinieblas Saliste del dolor, amada mía cruzando las brisas despertando, amaneciendo Te amé por los mil nombres que tuviste y aún te quiero, voz de mi silencio silencio de mis voces Amé al amor, a tu rostro de infinitos a tu juego de escondite y reencuentro de olvido y bíblico recuerdo En el agua del Ganges o en el aroma del incienso en la claridad de un destino o en los ojos del águila distante En todo y en ti siempre en ti mi corazón se ha inclinado incesante Amor hacia el amor Amor callado, manto de silencio en que escribir tu nombre. Todas las letras, todas las palabras que forman mis canciones, son una contigo, llamándote. De oro y plata formo sílabas que alaban el silencio en que recoges mi alma cuando descanso y despierto en tu estancia, que es el mundo, llena de clamores y encuentros virginales. En ti se anuda mi sueño y mi desvelo, clavado como raíz al puro alimento de tu aliento, al fruto, que como la tierra, remueve horizontes de espacios y colores ancestrales. Soy como la flor que deja su aroma al aire, esperando que tú la recojas y me devuelvas la vida al posar tus gotas de amor sobre mi rostro entusiasmado. Soy el niño y el anciano, el viaje y su reposo, la paz y el alegre baile del enamorado. Soy el amor cantando al amor, el hijo que sigue a su padre, el árbol hermanado por siempre a su bosque primigenio. Y tú, eres la dicha que hace consciente este paisaje en que ha crecido mi vida hasta al fin, tocarte. Instante descubierto El buen caminante no deja huella tras de sí. Tao Te King Casi un segundo para ver cuán despierto está el mundo, este mundo que vengo soñando día tras día entre neblinas y apuros del tiempo. No me paré a observar la aislada melodía que resuena en sus adentros, el susurro del aire tocando un incierto presente o la paz de los almendros junto al riachuelo de nieve. Pero hoy, entre mis manos perplejas, en ojos nuevos, todo recobra un color nunca visto antes. Es el presente, es el mundo insólito agitando mi vientre, mis penumbras, mis soledades difusas, la honda preocupación del instante. Todo, hoy, se ha vaciado en la espaciosidad de este universo múltiple que se expande al eco sin límite de sus potencias. En silencio incontestable, de rubor primero, con mis pasos doy señal al olvido y todo se borra y es inútil el presagio, pero no el asombro. Soy un habitante de la incertidumbre cuyas lágrimas rocían la emoción de ser vivo, desprovisto de equipaje y de amor fulminado por este instante descubierto que es toda mi existencia y mi único futuro. Dulce es la calma del no-saber. Vida hacia su mar La belleza de tu jardín brota del alma que da vida al mundo. Tú eres el jardín, la vida, la belleza, este mundo. El siempre brotar. La siempre rosa. El amor de tu corazón habita en mi espíritu, aquel que da lugar a ti en gestos, miradas, palabras que deslumbran… Somos la herida sanada, el deseo que vuela hacia su cumbre, el sueño que humano se encamina hacia un sereno despertar. Seamos vida, vida solamente, vida fluyendo hacia su mar. De amor creado Siempre has sido tú aquella verdad en mí, latido de mis latidos, voz en la voz de todos los cantos. El eco de tus señales susurró el comienzo de mis pasos, ineludibles hacia ti, ineludibles a tu fulgor secreto, fulgor de íntimos abismos y de noches arropadas por el amor más inocente. Aparezco en cada huella tuya como lo eterno nunca nacido, despejada verdad de mi ser inextinguible cálido en tus adentros. Lo cierto es que yo fui siempre tú, que nunca hubo dos en esta danza de amor sin tiempo, en este juego de espejos que jamás cesó de transparentar el hilo inmutable que une nuestras almas, a veces aparentemente distanciadas. Pero nunca hubo distancias entre lo mismo, entre lo siempre siendo uno y todo en la totalidad de la luz creada. Por eso canto a tu amor que es el mío. ¿Cómo no cantar a la música que siempre acompaña? Jamás fui sin ti, jamás fuimos distintos... Te amo en la luz que me desvela, te amo antes del principio, en medio de lo eterno sin principio, en medio de nosotros, donde ya no queda nada que no sea nunca nosotros. Palabras de Maitreya He nacido en el amor. Soy hijo del amor. Mi Padre canta a la nada y a los vientos de nadie. Mi Padre canta a los vientos para que el mundo no enmudezca ni derrame lágrimas de desconsuelo. Hoy he llorado. He llorado por el mundo. He llorado por las lágrimas del mundo. Hubo un tiempo en que siempre era de día. No existía la noche ni el temor a la noche. No existía la oscuridad ni las sombras. El Sol era el corazón de mi Padre y no había nada que pudiera ocultarlo. ¿Quién canta ahora –tan de cerca- esa canción oscura que Le hace llorar? Viajo ahora hacia esa oscuridad callada, para llenarla de luz y amor, para aliviar el llanto compasivo de mi Padre. Viajo ahora hacia la tierra del dolor, para sembrar en ella las semillas de la esperanza. Al fin Al fin vi la transparencia, el gesto exacto, la mirada primera. Al fin toqué el tacto preciso de la luz. Las estrellas eran dentro, el sol, los instantes... Dentro de un vacío de noche eterna. Al fin toqué la noche del amor, el misterio que daba lugar al amanecer de mis ojos. La cama estaba vacía, llena de inmensidades sin forma, llena de prefijos y arcanos de cuerpos inacabados susurrando un comienzo. Al fin sentí tu tacto, tu caricia, tu vendaval infinito de amor. Al fin sentí tu noche en mi día sin hacerse, en mi hueco preparado para el milagro. Y entraste, me amaneciste con un suspiro, con un abrazo de océano y de cielo sin confines, y el corazón se postró silencioso y la ausencia se tornó privilegio de tu llegada, dicha regalada para nadie. Y al fin, vacío de mí, pude contenerte... Queda el amor Queda el amor en el vacío, queda el vacío eterno del amor. Queda la luz, el abrazo, la comprensión, la cálida y silenciosa comprensión queda en el amor, en el vacío. Quedas tú, queda el amor, quedo yo, contigo, conmigo, en la unidad constante, en la sonrisa sin tiempo, en la mirada tranquila. Queda el amor, descansando, reposando, viviendo, vaciando y llenando de luz el silencio, la serena llama, la gozosa paz de nosotros. Unidad, unidad del amor que queda en el vacío, en la nada eterna, en el manto universal. Queda la luz, quedas tú, quedo yo, amantes sin nombre, gotas de silencio, océanos de eternidad. Aquí descanso, contigo, conmigo, en luz tranquila, en dulce reposo sin dos. Te escucho, te siento y guardo silencio. Habla la voz, la música celeste del corazón, el alegre niño inocente del amor. Ver más poemas espirituales de José Manuel Martínez Sánchez en el blog: Las Letras del Aire
7 Comentarios
zuluna
24/2/2017 05:23:23 pm
son hermosos tus poemas, gracias por compartirlos!!
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29/12/2017 09:50:28 am
Hola José Manuel
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Manuel Zamarripa Medina
13/8/2018 12:13:02 am
Gracias por compartir las sensaciones del arrobo espiritual, muchas bendiciones y que Dios en ti siga creando tan bellas expresiones para celebrar la existencia. Un abrazo fraternal.
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Maria Victoria
16/4/2022 01:33:31 am
Muchas Gracias, muy bellos.
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EVA
25/6/2024 10:15:13 am
Me ha encantado. Sigue compartiendo. Es pura inspiración
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