Prana Blog
Un blog de José Manuel Martínez Sánchez
La práctica de la atención consciente La esencia del budismo se resume en esta técnica y se dice que con ella el Buda se iluminó. Su finalidad es desarrollar una visión clara y en perfecta armonía. El príncipe Siddhartha Gautama, más conocido como Buda, nació en Nepal alrededor del siglo V a.C. La historia nos cuenta que abandonó su palacio, su vida de lujo y placeres mundanos para vivir como un vagabundo errante. Tras aprender de muchos maestros, decidió pasar un largo tiempo en soledad dispuesto a meditar sin cese hasta alcanzar la iluminación (el nirvana). Ese momento llegó, se encontraba bajo una higuera, en Bodhgaya, y a partir de entonces numerosos fueron sus discípulos y seguidores, hasta ser hoy una de las religiones con mayor número de adeptos en el mundo, existiendo diversas corrientes o tradiciones. Una de las más famosas es la denominada mahayana o "gran vehículo", de la cual forman parte el budismo tibetano o el zen japonés.
La clave de la práctica de Buda. Su filosofía abreviada Osho, famoso maestro espiritual de la India, afirmó que la técnica vipassanafue la que Buda empleó para alcanzar la iluminación. Esta palabra en sánscrito quiere decir 'visión clara' y supone la base de lo que hoy se llama meditación budista. El príncipe Gautama señaló que el deseo es la causa del sufrimiento y aquello que, por esta razón, impide la felicidad. Sin embargo dio la receta para alcanzar esta felicidad posible (el Nirvana) a través del camino medio, es decir, buscando en todo un equilibrio que no fuera desatendido ni por exceso, ni por defecto. Teniendo esto en cuenta, aseguró, podría cesar el sufrimiento por completo. Evidentemente, esto conllevaba una práctica bien fundamentada (el Noble Óctuple Sendero) que además de incluir preceptos morales y éticos, hacía hondo hincapié en la práctica de la meditación correcta. Meditación vipassana. El camino directo al Nirvana Hay dos palabras fundamentales en este proceso: atención y conciencia. "Atención" significa aquí la capacidad de observar lo que acontece tal como es, bien sea sobre un objeto en concreto (una vela, el cuerpo, la respiración...), lo que también se llama "concentración" (dharana) y que supondrá el paso previo a vipassana; o bien mediante una atención total a todo fenómeno que tenga lugar en el momento presente. A partir de esta atención total se da un "darse cuenta" aquí y ahora (conciencia) que a medida que se va manteniendo sin distraerse en los procesos mentales, esto es, mediante una atención consciente sostenida, tiene lugar la consecución de la técnica vipassana. Por tanto, vipassana quiere decir tener una visión clara de lo que sucede, tanto dentro o fuera de uno, de una forma completa y mantenida. La práctica continua de la visión clara A medida que se va desarrollando esta técnica (empezando por cinco minutos, diez, veinte, una hora, etc.) el cuerpo y la mente se van adaptando paulatinamente haciendo cada vez la práctica más sencilla y estable, aportando numerosos beneficios, como puede ser una mayor claridad y atención mental, capacidad de concentración, armonía, paz interior y ecuanimidad. En definitiva, disfrutar de un estado de ánimo más equilibrado, sereno y positivo. Es por todo ello que supone una técnica de meditación muy recomendable para todas las personas, independientemente de sus creencias religiosas. Destacadas corrientes de la psicología -como la transpersonal, gestalt o humanista- ya la han incluido en sus terapias (para el tratamiento de la depresión, el estrés o la ansiedad) y cada día mayor es el número de practicantes en el mundo.
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