Prana Blog
Un blog de José Manuel Martínez Sánchez
El destello de la conciencia
La iluminación es un destello de la conciencia. Así de sencillo, así de natural. Porque la iluminación es un proceso natural, aunque esta palabra pueda parecer que se refiere a algo sobrenatural. Toda vida tiene un proceso. Es un proceso de crecimiento que nos lleva a ir madurando, aprendiendo, experimentando, sintiendo… Diversas enseñanzas son las que la vida nos ofrece, a veces a base de dolor y sufrimiento y otras a base de alegría y dicha. Muchas veces el sufrimiento es lo que precede a la sabiduría. Muchas veces la verdad es recordar aquello que habíamos olvidado, porque en todo proceso de evolución espiritual es necesario ir adquiriendo un grado de equilibrio en todos los aspectos, una compensación, un ritmo que no deja nada de lado, que todo lo aúna en una armonía que sustenta un caminar consciente. El proceso de despertar de la energía Kundalini es un desarrollo íntimo, porque supone despertar todo ese potencial nuestro que llevamos dentro y que de forma natural adquiere nuevamente el autoconocimiento. Ese autoconocimiento es dar luz a la ignorancia, porque ésta vela, oscurece, la verdad de la conciencia. Es decir, la ignorancia no nos indica que no existe esa verdad, sino que la verdad está tras ella, por eso llamamos a la ignorancia el velo de maya, esa apariencia que cubre la realidad, sin embargo la realidad está ahí, puede ser vista claramente quitando ese velo. Decimos que hay un ascenso en el despertar espiritual, decimos que la energía Kundalini tiene la forma de una serpiente enroscada que, a medida que crece ese proceso de despertar va desenroscándose y ascendiendo en torno a los chakras, desde la base de la columna vertebral (muladhara) hasta el séptimo chakra (sahasrara) en la cabeza. Decimos que ese ascenso ha de ser consciente, desde el primer momento hasta su culminación, pasando por todas las fases, adquiriendo ese conocimiento, esa verdad, que conlleva todo el proceso de despertar. Se dice que puede haber un despertar espontáneo, pues la iluminación es un destello espontáneo de la conciencia, o múltiples destellos espontáneos que llegan a conformar cada momento, cada instante, cada segundo en una realidad iluminada, es decir, consciente de la verdad que la ordena, presenta y realiza. ¿Cómo puede ocurrir ese proceso si no es, por tanto, mediante la atención, mediante la observación directa del hecho espiritual? Un darse cuenta del espíritu quizá al cerrar los ojos, al ver esa inmensidad sin límites que aparentemente es infinita oscuridad y que –sin embargo- puede atisbarse como infinita luz, espaciosidad, inmensidad interior. Libertad. Hay un destello en esa observación. Hay una chispa que enciende el proceso, una vez que nos enfocamos ahí. Así la energía Kundalini sube con nosotros, de nuestra mano. Nos muestra el camino y se lo mostramos a ella, y así no tiene lugar el caos ni el desbordamiento, porque hay una continua y profunda observación del ser. ¿Qué es esta verdad espiritual? ¿A qué podemos llamar verdad espiritual? ¿Cómo podemos nombrar aquello que no tiene forma? ¿Cómo podemos dar forma a aquello que no tiene nombre? En el silencio hay muchas respuestas, porque el silencio no tiene nombre ni forma. Es un lapso creativo, es un momento del no lugar, del no momento. Empecemos pues, escuchando al silencio y dejando que el silencio nos escuche a nosotros. En esa realidad no forzada, que simplemente ocurre. Es ahí cuando la verdad tiene lugar, cuando no es una operación racional, deductiva o inductiva, lógica o ilógica incluso, no es nada de eso. Es una quietud que observa el movimiento, un movimiento que se observa en la quietud. Todo se describe así por sí mismo y en sí mismo. Toda experiencia espiritual es un llegar a ser lo que somos, y ese ser que somos se descubre ahí dentro, en cada corazón, en cada conciencia abierta, receptiva a ese despertar que ha de surgir por sí solo, como proceso que culmina y que da nueva vida, que transforma nuestra existencia hacia un nivel distinto de comprensión más allá de lo que cualquier proceso mental pueda intentar comprender e interpretar. En la respiración tenemos un foco de observación, un movimiento constante del prana, del aire vital que toma el aire del mundo, la energía universal, la shakti, para alimentar al alma individual. Ambas son la misma cosa, igual que la inhalación y la exhalación son también una misma cosa, un mismo proceso que llamamos respiración, donde no podría existir la una sin la otra, al igual la energía vital y la energía espiritual o universal crean un ritmo, una armonía que cuando nos integramos conscientemente en ella la reconocemos; y ella –al tiempo- por sí misma, guía el proceso de reconocimiento de la Conciencia.
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