Prana Blog
Un blog de José Manuel Martínez Sánchez
“¿Quién soy yo?” Cada vez que hacemos esta pregunta conectamos con nosotros. Llegar a este conocimiento último, a la respuesta, no requiere de tiempo ni de espacio, no hace falta ir a ningún lugar en concreto ni tampoco pasar por un largo proceso de días, meses o incluso años de aprendizaje. La maravillosa esencia del Ser es que está todo el tiempo contigo, que te acompaña y vive en ti a cada instante, a cada paso que das. Ese ser que buscamos, esa verdad que indagamos para liberarnos de nuestro dolor, preocupaciones y limitaciones, está dentro de nosotros, está más cerca de nosotros que nosotros mismos. Y es, por esta razón, algo exclusivamente vivencial.
1 Comentario
En el silencio la vida se percibe como lo que es. Clara, sencilla, serena. Nada la perturba, y esa claridad ahonda en el corazón, esa desnudez del silencio transparenta el alma, aquieta y aclara el espíritu, sanando y vivificando el instante. El silencio es un bálsamo que desvanece el tiempo, llevándonos a una dimensión donde ya nada queda por hacer, salvo detenerse y escuchar el instante callado de lo eterno.
Hay un horizonte en mi silencio de estrellas pacíficas y eternas. Hay un camino donde mis pasos se hacen huella sin memoria, rastro que el aire se lleva en el hondo sentir del instante. Mi corazón es la estrella más alta y genuina, es el centro sin centro de donde todo nace, la luz que jamás se esconde y que palpita en el ser oleadas de amor brillante. Nadie sabe si este romance ardiente con el ser es el amor de uno mismo por el todo o el amor del todo hacia uno mismo.
El verdadero amor no tiene fronteras, ni experimenta separación alguna. El verdadero amor nada pide ni exige, pues solo se expresa como entrega, libertad y dicha plenas. El verdadero amor es lo que queda cuando nos desprendemos incluso de nosotros mismos, del sentimiento de individualidad, que es el que crea separación y conflicto. Por eso el amor es sinónimo de no-dualidad.
Si aprendes a conectar con lo que eres, tendrás el éxito asegurado. El éxito verdadero, el espiritual, no se basa en algún tipo de ganancia material -siempre pasajera- sino en algo permanente y puro, la felicidad. Hoy en día vivimos en un mundo en el que el tiempo marca un ritmo tumultuoso, de prisas y estrés, que apenas deja hueco para lo más importante: tú mismo.
Existe un Ser maravilloso, perfecto. El Tao es humilde, no reclama nada para sí. Nosotros podemos seguir su estela mirando su no comienzo, su poder libre de todo añadido que quisiéramos añadir, pues sólo se reconoce en esa humildad que no se puede agarrar, ni sostener, acaso ser sostenidos por ella vibrando en el vacío de su unidad intangible e inocente a través del Qi Gong Li, o habilidad del soplo que posibilita la unidad.
El espíritu del valle nunca muere.
El corazón señala la ruta del caminante, nada busca en su camino y así encuentra las huellas más verdaderas de sí mismo. Nada hay que conseguir o que ganar... el camino está para emprenderse, confiando en el destino que nos guía tan puntual y claro como el amanecer del sol en la mañana.
Palabras en la no-dualidadCuánta vida hay en lo eterno, en lo eterno de un instante, en una mirada entregada al solo mirar, serena y deslumbrante, deslumbrada de paz. Todo lo visto, oído o soñado es uno en la mirada viva del ahora, en suma unificada hacia el infinito, siempre completa en su resultado. Porque el resultado es unísono, la resolución es la vivencia del descubrimiento de ser siendo, tal testigos del milagro de la vida, no pidiendo nada al acontecer: pues éste supone en sí mismo la más evidente culminación. Acontece sin más... y es. Ya es. Obsérvalo. No esperes al encuentro, pues el encuentro ya está aquí: en ti. Siempre lo estuvo.
Conocerse a uno mismo implica abandonar la imagen que uno tiene de sí, pues no somos una idea mental, no somos una representación ilusoria a nivel psicológico. Conocerse a uno mismo supone dejar de lado toda identificación, entrando de lleno en la tierra pura y trascendental de la esencia no-condicionada y no-definida (pues todo lo definido queda condicionado por su definición). Lo que somos no puede ser nombrado por la mente, pero puede advertirse al contemplar que no somos la mente. En esa contemplación un espacio amplísimo se abre, más allá de cualquier intento de conocer, en la mera estancia atenta de la no-mente, del silencio.
Semillas de oro hemos recogido del pensamiento de los sabios, frases y actitudes que han ilustrado una verdad determinante y lúcida en nuestra propia búsqueda interior. El hombre sabio -con sus destellos vivos de conocimiento- aporta luz al camino de la vida. Ellos han comprendido y, por ello, nos hacen comprender. Su palabra no es artificio sino manantial de vivencia sapiente.
|
Newsletter:Categorías
Todo
Meditaciones Online:Libro-Ebook:MEDITACIÓN ESENCIAL
José Manuel Martínez Sánchez Para más información, haz click en la imagen de la portada. |